viernes, 5 de septiembre de 2014

Los Orígenes Literarios de la Ciencia Ficción en Escenarios de Fantasía

¿Qué sabes sobre los otros mundos? ¿No creerás que las estrellas son solo joyas enormes? 
Con la publicación de la Senda de Aventuras Nº 85: Los Fuegos de la Creación, la primera aventura en la Senda de Aventuras Los Dioses de Hierro, los chicos de Paizo han creido que valia la pena tomarse un momento para hablar sobre los origentes literario de mezclar elementos de ciencia ficción en escenarios de fantasía.

Ilustración de Ian Llanas
Los orígenes mismos de la Senda de Aventuras Los Dioses de Hierro son bastante claros. Las semillas de la tecnología avanzada en Golarion se remontan a su inicio, y las descripciones de Numeria, Alkenstar, el Reducto Rojo de Karamoss y las Ruinas de Kho siempre han incluido un nivel de tecnología muy diferente al del resto del Mar Interior. Golarion es un mundo donde existen los resto de una antigua tecnología perdida en cantidades limitadas, y tiene sentido que al menos una Senda de Aventuras explore ese aspecto del mundo. Esto es la continuación de una larga tradición de mezclar elementos de ciencia ficción y de fantasía en los juegos de rol, remontándose casi a los inicios de la afición.

La aficición de los JdR esta a su vez asentada sobre una larga tradición de historias géneros difusos que se remonta al menos a principios del siglo XVI. En los principios de la ficción especulativa no se molestaban para nada en definir una diferencia entre ciencia ficción y fantasía. La novela de 1726 de Jonathan Swift, Los Viajes de Gulliver fue escrita como una sátira, pero también podría decirse que es una obra temprana de ciencia ficción y fantasía mezclada. Más allá de las bien conocidas razas de fantasía de los liliputienses y los brobdingnagianos, el protagonista Gulliver se encuentra con muchos otros lugares, incluyendo tanto a la ciudad voladora de Laputa (un ciudad de pensamiento puramente científico y una antecedente claro de Kho) y una nación de mágicos (Glubbdudubdrib) donde la magia reemplaza ampliamente a la tecnología.

Aunque no lo mismo que la fantasía más moderna, otra categoría común de temprana ficción especulativa que a menudo mezcla tecnología avanzada con magia es el género del "mundo perdido", donde un personaje moderno descubre una tierra fantástica desconocida para el resto del mundo. En algunos libros de mundo perdido, el descubrimiento es el resultado de una expedición de exploración (como es el caso de la novela de 1864 de Julio Verne, Viaje al Centro de la Tierra, un ejemplo temprano del género), mientras que en otros casos el descubrimiento es totalmente accidental (como en la novela de 1871 de Edward Bulwer-Lyrtton, Vril, the Power of the Coming Race (nota del traductor: creo que inédita en castellano).

Parecido es el género de romance planetario, donde la tierra extranjera normalmente esta en otros planetas. Se puede argumentar que el Barsoom (nota del traductor: representación ficticia de Marte) de Edgar Rice Burrough (desde Una Princesa de Marte a una serie de novelas que la siguen) es pura ciencia ficción, con aeronaves y pistolas de rayos, pero el hecho de que la mayoría de conflictos se resuelvan mediante la esgrima revela sus raices fantásticas. La mezcla de ciencia y magia incluso es más clara en las historias relacionadas con Burrough, siendo el ejemplo más obvio "El Mago de Venus", donde el explorador planetario Carson Napier aprender poderes extraordinarios del mago titular venusiano.

Muchas novelas de las decadas de 1930 a 1970 combinaron fantasía y ciencia ficción en un escenario, a menudo inspiradas por la tradición de Barsoom y los romances planetarios. La ficción de Michael Moorcock es una de las influencias originales para los escenarios de fantasía de los JdR. e incluye múltiples casos de elementos de alta ciencia. Más ampliamente, las aventuras de Hawkmoon (quien, como una encarnación del Campeón Eterno, esta conectado con el mejor conocido Elric de Melniboné) tiene lugar en un mundo que parece ser una versión posapocalíptica de Europa. La magia es común, pero también a veces los hechiceros-científicos tienen acceso a una antigua tecnología avanzada, inlcuyendo la Joya Negra, que es implantada en Hawkmoon por sus enemigo para observar sus movimientos. La novela de 1966 de Ursula K. Le Guin, El Mundo de Rocannon, posee menos elementos directamente mágicos, pero describe los viajes de un científico con conocimiento avanzado gracias a un nación alienígenas de castas y espadachines. La novela de 1961 de Poul Anderson, Tres Corazones y Tres Leones, presenta un protagonista de un mundo "real" moderno que termina en un mundo paralelo donde la magia y los troll son muy reales.

Los casos en que los elementos de ciencia ficción entran en un escenario de pura fantasía ya existente y Las Espadas de Lankhmar. Tanto el viaje por el tiempo como el viaje planetario entran en juego en la historia de 1937 de C.L, Moore y Henry Kuttner, "En Busca de la Piedra Estelar", en la que el espadachin de fantasía Jirel de Joiry debe tratar con el Herrero del Noroeste, un contrabandista y granuja contratado en una taberna en Marte en su propio futuro lejano. (Aquellos interesados en como se resuelve tal peculiar situación puede leer la historia en El Beso del Dios Negro, aún disponble en paizo.com)
establecido son menos comunes pero lejos de ser desconocidos. El personje de fantasía de Robert E. Howar, Conan, se encuentra con un aliénigane en la historia corta de 1933, "La Torre del Elefante". El equipo por excelncia del pícaro y del bárbaro Fafhrr y el Ratones Gris de Fritz Leiber se toparon con un viajero del tiempo en su novela de 1968,

La existencia de relatos de fantasía que añadieron una pizca de alta ciencia no es razón para que los grupos a los que no les gusta mezclar las dos ideas tengan que tener un cambio en sus mentes, pero es una de las razones para que otros grupos tenga la opción de considerar un poco más la ciencia ficción en sus partidas de fantasía.