lunes, 10 de marzo de 2008

Enanos de los Baluartes de Mror, Parte I

El oro es el don de las montañas, pero el hierro proviene de la sangre y de los huesos.
--Proverbio Mror


Corazón e Historia

Los Baluartes de Mror están fundados sobre el hierro y el oro. Las Montañas Raízferrea contienen enormes depósitos de materiales preciosos y del extraño cobre, y los señores enanos han usado estos recursos para crear un imperio mercantil que se extiende por todo Khorvaire. Pero ha acero bajo las joyas y la elegancia de una enano Mror -el corazón de un guerrero cuyos ancestros se enfrentaron en una guerra de casi setecientos años.

Gran parte de la historia primitiva de los enanos Mror esta basada en fragmentos transmitidos gracias a la tradición oral y dispersos por todos los clanes. Generalmente es aceptado que los enanos aparecieron por primera vez en Khorvaire hace aproximadamente doce mil años, pero más allá de esto, las historias difieren. Algunas historias dicen que los enanos provienen de una tierra de hielo y nieve, lo que los eruditos más modernos creen que puede ser Yermohelado -aunque hasta la fecha, aquellas pocas, almas valerosas que han explorado esta helada tierra no han encontrado evidencias de una civilización enana. Otros dicen que los enanos surgieron de la tierra misma, que Kol Korran y Onatar los crearon de la piedra de las montañas o que Eberron los creó para luchar contra las aberraciones de Khyber. Cada clan y cada enano tiene su propia opinión, y la mayoría están listos para luchar contra cualquier que se atreva a retarles.

Sin importar el origen, esta claro que los enanos eran un poderoso poder muchos antes del día de hoy. Los cantos fúnebres Dhakaani hablan de batallas contra la "gente robusta de las montañas" y que los Dhakaani fueron rechazados de las Montañas Raizferrea por una unificada, disciplinada nación enana. Incluso hoy, los eruditos consideran que las tácticas de batalla Mror están perfectamente adaptadas para contrarrestar las tradicionales técnicas usadas por los Dhakaani y sus descendientes Darguul.


Los enanos mismos tienen muchas historias de esta era de gloria, aunque es difícil separar el hecho del mito. Las historias hablan de Reyes de Piedra y Dragones Guardianes, de herreros rúnicos forjando poderosas espadas en las profundidades. Esta era llegó a su fin en el reinado del Señor Kodran Mror. Una cantidad de guerreros y héroes habían agitado la rebelión en el reino profundo, y Mror expulsó a doce de los líderes más sus seguidores a la superficie de las montañas. Las profundidades fueron selladas con guardas mágicas y un clan de guardiante fue enviado a las tierras superiores para asegurarse de que los sellos permanecían hasta que los otros "demostraran ser dignos del reino inferior".


Los señores enanos realizaron muchas proezas para demostrar su valía. Se dice que la gran cara de piedra del Señor Mror fue creada en este momento, aunque esto mismo es un punte de cierto debate. Los sabios de Korranberg dicen que los enanos sencillamente no tenían las habilidades para crear tal artefacto, y sostienen que debían haber esculpido una imágen mayor. Para probarlo, arguyen a oscurar referencias hacia "la cara de Eberron" y sugieren que "Dragón Inferior" puede referirse a una monumento dragonil que data del comienzo del tiempo.


En cualquier caso, cuando ninguno de estos esfuerzos produjo resultados, los expulsdados enanos empezaron a pelear entre ellos. Las culturas lentamente se perdieron, y mientras los enanos de la superficie se aferraban a los secretos del hierro, abrazaron la amarga felicidad de la guerra. Durante miles de años los clanes lucharon unos contra otros, cada uno buscando demostrar su ultima superioridad y ganarse las llaveas al reino de piedra.


Cuando los humanos llegaron por primera vez a Khorvaire, ignoraron a los clanes feudales de las Montañas Raizferrea. Los enanos estaban muy ocupados luchando unos contra otros para tomar interese en el mundo más allá de las montañas, y las antiguas batallas continuaron sin disminuir hasta que Karrn fijó sus ojos sobre la región. Al joven principe le intrigaba las riquezas que podían estar escondidades en las montañas, y deseba participar de ellas. Con el permiso de su padre, lideró un ejército para subyugar a los "bárbaros montañeros". Aunque (o quizás debio a que) habían estado peleando durante un milenio, los enanos estaban mal preparados para enfrentarse a un enemigo desconocido. Los clanes juntos facilmente podrían haber repelido al invasor, pero Karrn jugó con sus diferencias para dividir y conquistar a los clanes. En una década, los señores del clan tuvieron que postrarse ante el príncipe de Karrnath.

Habiendo liberado a los trasgos en su conquista de las Cinco Naciones, el Rey Galifar no estaba por condenar a esclavitud enana. A Karrn se le ordenó llevar la Paz del Rey a este tierra salvaje. Se obligo a los enanos detener sus reñidas formas y alentados a desarrollar una nueva nación basada en el modelo de Galifar, proporcionando tributos a Karrnath y al viejo reino. Los Karrns inspeccionaron las montañas, pero no pudieron traspasar las antiguas guardas, y obtuvieron sus resultados de las venas de cobre que pudieron alcanzar.

Pasaron décadas. Muchos enanos abandonaron sus antiguas tradiciones y se expandieron por todo Khorvaire. Aquellos que permanecieron en las montañas se quejaron bajo la carga de impuestos y tributos, y lentamente dejaron que su descontento los uniera.


Luego vinieron las convocaciones. Los enanos de Kundarak eran los guardianes de las guardas, y convocaron a los señores de los doce clanes a su bastión. En los salones de Puerta de Korunda los señores de los clanes de reunieron en paz, discutieron sus planes para la nación y expresaron su preocupación sobre su futuro en el Reino de Galifar. Tras unos pocos días de charla, el Patriarca de los Kundarak condujó a los líderes muy por debajo de su bastión hacia una de las antiguas guardas. "Al final, habeis apartado vuestras diferencias" dijo. "Dar un paso adelante, y abrir la puerta hacia el reino inferior". Cuando los doce enanos tocaron el sello, desapareció, y la senda hacia el pasado fue revelada.

Lo que yacía debajo sorprendió a todos. Mientras que los señores de los clanes habían luchado en la superficie de las montañas, los descendientes de Mror habían luchado contra los Daelkyr en las profundidades -y perdieron. No había un glorioso reino de nobles enanos esperando a su regreso, solo ruinas y sombras, con terribles monstruos acechando en la oscuridad. Los antiguos tesoros permanecían en estas destruidas fortalezas, y las minas aún gotebana con todo tipo de cobre. Lentamente los enanos reclamaron las antiguas fortalezas y las fortunas escondidas debajo.

Ahora que su antigua deuda fue cumplida, el clan Kundarak -quien desde hace mucho poseía la Marca del Dragón de la Protección- fue incorporada a la mayor comunidad de las casas de las marcas del dragón. Con la ayuda de los gnomos de Zil, los enanos de la Casa Kundarak se establecieron como los mejores banqueros de Khorvaire. Muchos de los otros clanes trabajaron con los Kundarak, vendiendo sus cobres y joyas a través del banco o sirviendo como guardias y protectores.


A pesar de todo esto, los enanos siguieron siendo ciudadanos de la corona de Galifar. Los enanos eran pacientes, y la mayoría daban gran importanicia a su palabra y en el honor de sus ancestros; los señores de los clanes del pasado habían realizado un juramento a Galifar, y no era menester de sus hijos romper ese voto. Incluso auqnue Karrnath elevó los impuestos, las riquezas de las profundas minas de lejo superaban este tributo. Muchos de los señores enanos llamaron a la rebelión, pero los clanes nunca pudieron llegar a un acuerdo, y ningun único clan queria actuar por su cuenta.


Luego llegó la Última Guerra. Los enanos habían realizado un juramento a Galifar, pero ese reino ya no existe. Nunca más los enanos se someterán al gobierno de un solo rey, ni siquiera uno enano. Declararon el nacimiento de una nueva nación, una alianza formal de los clanes que un día rivalizará con el reino de antaño: Los Bastiones de Mror.


Fuente: Wizards of the Coast (Dwarves of the Mror Holds, Part 1)